Técnica utilizada en la actividad aseguradora con objeto de lograr un equilibrio en los riesgos que cubre. Básicamente, el análisis de riesgos implica cuatro tipos de actuaciones: la selección o aceptación de riesgos, la ponderación o correcta tarificación, la previsión de riesgos y el control de los resultados.

 

 
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